Un homenaje a uno de los más grandes bailarines de la historia
Hoy, 31 de Mayo, en París, donde el tártaro Rudolf Nureyev se asiló, vivió y murió, en el Palais des Congrès, la Ciudad Luz conmemorará los 20 años de la partida de uno de los artistas de la danza más importantes de la historia. Bailarín, coreógrafo y director; polémico, crítico, rebelde, bisexual, amante de los excesos, su influencia se extendió a la historia y al estilo de la danza, y a la percepción de esta última por parte del público, hasta transformarse en un referente.
Claudio Bravo y su cercanía con la danza
Bravo, desde su época escolar, demostró un marcado interés por las distintas disciplinas artísticas. Entre sus compañeros, se destacaba en los talleres literarios, de poesía, canto, teatro y, por supuesto, de pintura. Alrededor de 1955, Bravo bailó profesionalmente en la Compañía de Ballet de Chile, como también trabajó para el Teatro de Ensayo, perteneciente a la Pontificia Universidad Católica de Chile, actuando en la primera versión de la célebre obra La Pérgola de las Flores, un clásico del teatro chileno, en el papel de un lustrabotas.
En 1970 Claudio Bravo realizó un estudio para un retrato de Nureyev. El dibujo fue catalogado en el evento
Destacadas Pinturas y Dibujos de Claudio Bravo de la Colección de la Revista Forbes, organizado por la prestigiosa casa de subastas Christie's Nueva York, en 1993. Click en la imagen para ampliar.
Estudio para retrato de Rudolf Nureyev [1970]
Lápiz crayon rojo sobre papel